Turismo en Santo Domingo de la Calzada
El topónimo de
Santo Domingo de la Calzada no es sino un acto de justicia hacia el nombre que
construyó las instalaciones de ayuda al peregrino que constituyeron el núcleo
de población.
Por lo general, los creadores de ciudades suelen ser
nobles, militares, reyes o clérigos, gentes poderosas que esperan tener algún
beneficio con dicha fundación. No es éste el caso. Domingo García (1019-1109),
construyó el primer puente sobre el río Oja para facilitar el paso de los
peregrinos que se dirigían a Santiago.
Más tarde, comenzó a construir una plaza de piedra que
hizo desviar a los peregrinos de la tradicional ruta romana entre Logroño y
Burgos. Para atender mejor a los caminantes, sustituyo el puente de madera por
uno de piedra y construyó el hospital para peregrinos y la iglesia anexa.
Cuando Alfonso VI conquistó Nájera, comprendió rápidamente
las ventajas que para su reino representaba el flujo de peregrinos del Camino
de Santiago y, satisfecho con la labor emprendida por Domingo, le dio todo tipo
de facilidades, incluyendo terrenos para construir una iglesia.
Alrededor de este complejo fue creciendo una población
alineada a lo largo del camino, convertido en calle Mayor, primero en el
llamado Barrio Viejo, entre el hospital y la entrada desde Logroño, más
adelante en el Barrio Nuevo, entre el hospital y salida hacia Burgos.
La ciudad estaba rodeada por las murallas que comenzó a
construir Alfonso X en el siglo XIII y acabo Pedro I el Cruel en el marco de la
guerra dinástica que le enfrentó a su hermanastro bastardo Enrique de
Trastámara.
La muralla tenía 38 torres de defensa, de plata cuadrada,
y siete puertas de arco apuntado. Actualmente quedan once torres y un panel de
muralla en la esquina noroeste de la
ciudad.
Prácticamente adosada a la antigua muralla, en el norte de
la ciudad y no en el centro como suele ser habitual, se encuentra la hermosa plaza
de España o Plaza Mayor, porticada, construida en el siglo XIV detrás de la
catedral.
A su alrededor se alzan los edificios representativos del
poder urbano: el Ayuntamiento, del siglo XVIII; Los Palacios episcopales del
siglo XV, aunque está modificado durante los siglos XVI y XVIII que no queda nada
de los equipos originales; la Alhóndiga, el antiguo almacén en hoja de grano en
la actualidad convertido en dependencias municipales; y el corregimiento de La
Rioja y la Cárcel Real, levantados en el siglo XVIII cuando se construyó la
torre de exenta sobre el que había sido su emplazamiento.
Otra plaza que articula el urbanismo de la ciudad es la
del Santo, la que había sido la principal de la ciudad hasta la construcción de
la plaza Mayor. En la actualidad sigue siendo el alma del casco Antiguo. A su
alrededor se alinean los edificios relacionados con la vida del santo: el
antiguo hospital de peregrinos construido en el siglo XI por el mismo santo
Domingo, en la actualidad parador nacional, la catedral, la hermosa torre
Exenta (siglo XVIII) y la Virgen de la Plaza, también del siglo XVIII.
La construcción de la catedral corrió a cargo de Santo
Domingo, bajo el patronazgo del soberano Alfonso VI, que colocó la primera
piedra.
Fue consagrada en el año 1106, todavía el día del santo.
Se trata de un edificio gótico con planta de cruz latina, algo desdibujada en
uno de sus brazos para albergar el sepulcro del santo.
Tiene tres naves, separadas por las columnatas, y está
rematada por tres absidiolos, de los que solamente uno es original. El
magnífico retablo renacentista, realizado por el gran escultor valenciano
Damián Forment, reúne un conjunto decorativo profano único en la escultura
religiosa de la época.
La gallina que cantó después de asada
En la Catedral de Santo Domingo hay una jaula gótica con
un gallo y una gallina vivos. Se trata de unas aves descendientes de la gallina
que, según la leyenda, salió volando del plato del Corregidor de la ciudad.
Este, a punto de comerse una gallina asada, recibió la
visita de unos padres que explicaron el milagro que había salvado la vida a su
hijo, injustamente condenado a la horca. En tono de burla, este exclamo: “esta
historia es tan cierta como que está gallina va a salir volando del plato”,
cosa que sucedió inmediatamente para confusión del funcionario.
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