Disfruta de La Paz (si vences su mal de altura)


Panorámica de la ciudad de La Paz en Bolivia

Es una ciudad sorprendente, sobre todo por su ubicación. Cualquier viajero que llegue a La Paz sentirá un impacto inmediato según se acerca desde lo alto de la metrópoli hacia su interior. Edificada en mitad del altiplano —esa meseta, entre cordilleras de 6.000 metros a cada lado, que está a una altura media de 4.000—, La Paz está situada dentro de una profunda hondonada (la ollada paceña), lo que le da su peculiar fisonomía: en la base se encuentra el pequeño centro histórico y el reducido centro moderno, hacia lo alto están las laderas donde se encaraman las casitas en las cuales vive la mayoría pobre de la población.

El centro histórico, la Plaza Murillo (en honor al primer portador del grito libertario de Iberoamérica), está situado a ¡3.650 metros de altura sobre el nivel del mar!, y esto cualquier recién llegado lo notará de inmediato; "matesito de coca, tómese" es el remedio más popular que a uno le ofrecerán para el mal de altura (osorojchi en idioma aymará), otros recomiendan el más tecnificado medicamento Sorojchipil (una mezcla de aspirina con remedio local)… En el fondo es inútil, a quien el mal de altura agarra, que se prepare para sentir mareos, náuseas y un fuerte dolor de cabeza; otros no sentirán más que leve fatiga al subir las innumerables cuestas de la ciudad. Es cuestión de suerte pero merece la pena arriesgarse.

De turismo por La Paz en Bolivia

La ciudad tiene un marcado cariz indígena (de su 1,2 millones de habitantes, el 70% son indígenas según criterio lingüístico), en ella conviven y se mezclan pacíficamente indígenas, criollos, mestizos y extranjeros; el viajero podrá caminar junto a mujeres de atuendo típico colonial: elegante bombín, dos largas trenzas, manoletinas y polleras (falda con mucho vuelo).
Las calles de La Paz son bulliciosas y están llenas de movimiento, en la calle se come, se vende, se compra, se trabaja, se duerme y se vive. Los voceros —niños o jóvenes que van anunciando el itinerario que cada autobús recorre— aturdirán al paseante con sus gritos desde los transportes colectivos.

Aunque La Paz es una ciudad pequeña, no deja de tener su especial ambiente nocturno; es en el céntrico barrio de Sopocachi (lugar donde históricamente se dio cita la bohemia paceña) donde se concentran los boliches (garitos) más frecuentados. Se combina música en vivo, de bandas noveles o consolidadas, con las siempre socorridas peñas: folclore y comida del altiplano que termina casi siempre bailando saya, morenada, o huayñito. También, por aquello de la hermandad latinoamericana, el noctámbulo tendrá la posibilidad de bailar salsa y cumbia o de cantar a voz en grito, según su sorojchi particular (mal de altura), en los múltiples karaokes que abundan en la ciudad.

Grastronomía boliviana

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