La ciudad de Sigüenza está situada en un promontorio que domina la Vega del Henares, en un punto estratégico que comunica el valle del Ebro y el del Tajo. Ya en época romana pasaba por allí la vía que comunica las ciudades de Zaragoza y Mérida. Su estratégica posición la convirtió en plaza codiciada por todas las civilizaciones que han pasado por la península a lo largo de la historia.
Todo en Sigüenza nos habla de la Castilla triunfante, de la que, después de derrotar y expulsar al
último monarca musulmán de la península, había unificado los reinos cristianos
de la antigua Hispania visigótica, y emprendía la gran aventura americana que
la convirtió durante siglos en la mayor potencia
económica y militar de Occidente.
Desde el castillo que la corona, una antigua alcazaba árabe
reconvertida en residencia del arzobispo, hasta la Catedral, con sus macizas
torres almenadas, pasando por sus numerosos conventos, todo nos remite al ideal
castellano de mitad monje, mitad soldado.
La trama urbana de Sigüenza está articulada de forma algo excéntrica alrededor de la Plaza Mayor, se reúne los edificios emblemáticos de la ciudad: catedral, cabildo, casa de la Contaduría y el Palacio de los Deanes (actual ayuntamiento).
La plaza, mandada construir por el Cardenal Mendoza a
finales del siglo XV, responde a los cánones renacentistas, que preconizaba la
creación de espacios despejados frente a los monumentos representativos, en
este caso la catedral, para una mejor contemplación del mismo.
La plaza, tal como aparece en la actualidad, es el resultado
de una serie de intervenciones arquitectónicas realizadas durante los siglos
XVI y XVII. Así, se comenzó derribando un lienzo de muralla urbana que separaba
la catedral del resto de la ciudad.
Todo el diseño de la plaza estuvo subordinado a los deseos
del Cardenal Mendoza, el resultado es una
de las plazas más hermosas de España, rodeada de fachadas porticadas y de
edificios nobles.
Para reafirmar la preeminencia de la plaza, el cardenal no
dudó en trasladar el mercado semanal de la llamada Plaza Nueva, a la Plaza
Mayor, lo que le valió numerosos pleitos con el Cabildo.
La catedral de Sigüenza es un edificio construido por Bernardo
de Agen, un obispo guerrero que conquistó la ciudad a los musulmanes en 1221.
El templo fue edificado entre los siglos XII y XVI, es una superposición de
gótico sobre románico, con toques platerescos.
Es de cruz latina, con tres naves y transepto. Sus dos
torres almenadas, a ambos lados de la austera fachada, le dan un aspecto más
próximo a una fortificación que a un templo. Tiene un impresionante rosetón del
siglo XV sobre la portada románica.
El otro monumento que configura el eje histórico de la ciudad
medieval es el castillo. Se trata de
una antigua torre de vigía en cuyo emplazamiento los árabes construyeron una
alcazaba, alrededor de la cual fue creciendo la medina, mientras que la
población cristiana vivía al pie del promontorio, esparcida por la zona de
huertos, dónde tenían sus iglesias y practicaban su culto sin restricciones.
Cuando la ciudad fue reconquistada por Bernardo de Agen, lo
remodeló para convertirlo en la sede episcopal, función que cumplió hasta bien
entrado el siglo XIX.
Los sucesivos obispos fueron ampliando el edificio, que
sufrió una gran destrucción durante la Guerra de la Independencia. Actualmente,
es uno de los Paradores de Turismo
más hermosos de España.
El Doncel de Sigüenza
Don Martín Vázquez de Arce, nacido en una noble familia
castellana, entró muy joven al servicio del duque del Infantado, participando
con su Señor en diferentes campañas militares contra el reino nazarí de
Granada.
En 1486, a los 26 años, pereció en una escaramuza con los
sarracenos. Su padre llevo el cadáver de su hijo a Sigüenza, en cuya catedral
se había hecho construir una capilla sepulcral de la que Martín fue el primer
ocupante.
La escultura de la tumba del Doncel, probablemente obra de Sebastián de Almonacid, lo muestra armado, recostado, apoyado sobre el codo, con un libro en la mano, reflejando así el ideal del caballero medieval: Soldado y sabio, siempre sereno.
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