Si alguien te dijera que ha pasado unas vacaciones increíbles disfrutando de paisajes vírgenes, playas paradisíacas con fina arena y aguas cristalinas…. ¿Pensarías que has ido al Caribe? ¡Pues no es así! Podemos disfrutar de todo esto en una de las islas que conforman el archipiélago Canario. Concretamente hablo de Fuerteventura, esa isla que parece tan pequeña en comparación con otros lugares, que no nos podemos ni imaginar la cantidad de paisajes fantásticos que alberga. Por algo se les llama las islas afortunadas.
La isla, con sus extensos kilómetros
de playas salvajes de arena blanca o negra, sus dunas indomables, el clima
árido, las rojizas montañas y el largo número de volcanes que albergan en la
vasta extensión que la conforman, han sido entre otras las razones por las que
en el año 2009 la Unesco la declaró reserva de la biosfera. Empezando
con la Isla de lobos que tan solo se encuentra en el norte a dos
kilómetros de Fuerteventura posee de forma concentrada varios de los paisajes
tan variopintos que nos podemos encontrar a los largo del resto de la isla, lo
cual le hacen ser un lugar tan encantador.
En el norte nos encontramos con el pueblo
de Corralejo con una gran actividad turística y el Parque Natural de
las Dunas de Corralejo que tras
extensas y gigantescas dunas se encuentran estupendas playas donde poder
practicar deportes acuáticos como windsurf o kitesurf además de mágicas calas. El Cotillo
con su playa al norte llamada la Playa de la Concha protegida por un
arrecife natural fantástico.
Más al interior de la isla podemos
encontrarnos con los molinos de viento, considerados hoy en día como bienes de interés cultural.
Antiguamente eran una pieza clave en el suministro de grano al resto de las
islas.
Situándonos en el centro de la isla
no podemos dejar de lado el pueblo pesquero Ajuy, sus imponentes
acantilados o sus preciosas cuevas costeras con muchos años de historia. Allí podremos visitar el Museo del queso
Majorero, producto autóctono hecho con leche de cabra. Ya en el sur de la isla es muy curiosa la
playa de La pared con su arena negra y grandes acantilados donde rompen
olas imponentes, siendo ese lugar de referencia para los surfistas.
Tras largas carreteras e
impresionantes miradores a lo largo de todo el recorrido no nos podemos olvidar
del importante Parque natural de Jandía, las playas salvajes y faros al
sur de la península de Jandía que nos ofrecen paisajes tan impresionantes
e inigualables como son las piscinas naturales
situadas al lado del océano que no os dejarán indiferentes, sin duda no
podéis marcharos de Fuerteventura sin visitar este paraje natural.
Podéis descubrir mucho más de este destino en este enlace
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