Villanueva de los Infantes se encuentra en la Castilla
profunda, cuna de hidalgos y monjes
soldados, la tierra de caballeros, como acertadamente la denomina la
Consejería de Turismo de Castilla La Mancha. No ha de extrañar al visitante que
existe una asociación que reivindica Villanueva de los Infantes como el pueblo
anónimo más famoso del mundo, aquel de cuyo nombre no quiso acordarse Cervantes, la cuna del personaje más
universal de la literatura de todos los tiempos.
No extrañaría tampoco al visitante ver salir de alguno de
los soportales de sus mansiones blasonadas al Caballero de la Triste Figura, dejando atrás casa y pasado en busca
de entuertos que enderezar.
Turismo histórico en Villanueva
Villanueva de los Infantes tiene documentados asentamientos
del calcolítico y de la Edad de Bronce, aunque la ciudad fue fundada como tal
por el liberto romano Marco Ulpio Presario con el nombre de Antiquaria
Augusta. Han sido encontrados de la época romana restos de dos fuentes,
otras tantas calzadas, un acueducto y una epigrafía dedicada a Ulpio.
La ocupación árabe arrasó la ciudad, qué fue refundada por
unas familias judías con el nombre de Jumilla. Reconquistada a los musulmanes
por Alfonso VIII en 1245, fue entregada a la Orden de Santiago.
No obstante, la ciudad tuvo su gran momento de esplendor a
partir de 1421, cuando el Gran Maestre de la Orden de Santiago don Enrique de
Aragón y sus hermanos, los infantes Alonso, Juan y Pedro, le concedieron la
Carta Puebla, segregando la de la vecina Montiel.
Los principales monumentos de Villanueva fueron construidos
a partir del siglo XV, época en que se creó la bellísima plaza Mayor, una de las más hermosas de Castilla y uno de los dos
núcleos vertebradores de la trama urbana de Villanueva, junto con la plaza de
San Juan.
Se trata de una armoniosa combinación de arquitectura
popular y neoclásica del siglo XVII de forma trapezoidal, con una fachada
porticada, que reunía y reúne todavía los edificios más emblemáticos de la
ciudad: La iglesia de San Andrés con
la casa rectoral del siglo XVI, el Ayuntamiento,
con una bonita Logia de medio punto y el escudo de la Orden de Santiago, los
juzgados, el Hospital de Santiago,
fundado en la Edad Media y reconstruido entre 1631 y 1634, y el Convento de
Santo Domingo, del siglo XVI, con un hermoso claustro mudéjar y la celda donde
murió Francisco de Quevedo 18 de
septiembre de 1645.
En la calle del General Pérez Ballesteros, el visitante
encontrará numerosas mansiones blasonadas, como el Palacio de los Fontes, la casa del Arco o del Indiano, y el palacio
de Juan Ortega Montáñez, obispo y virrey de México; también en la misma calle
hay un edificio público notable como la alhóndiga, el antiguo depósito y lonja
de trigo construido en el siglo XVI por la Orden de Santiago, reflejo de la
vitalidad comercial de la bajo la administración de la orden. Tío sencillo
patio rectangular con arcos de medio punto sostenidos por gruesas columnas. A
partir de 1715, coincidiendo con la decadencia del municipio, la alhóndiga fue
reconvertida en cárcel.
Otros edificios de interés son la casa de los estudios del
siglo XVI, un Colegio Menor donde se impartían humanidades y gramática, con un
pequeño claustro de dos pisos, el inferior sostenido por arcos de medio punto y
el superior por una interesante estructura de carpintería.
También es curioso contemplar lo que queda de la Casa de la Inquisición del siglo XVI,
poco más que el escudo de la institución con la cruz, la calavera y las tibias
cruzadas.
No obstante, cómo se ha apuntado antes, el encanto de la
ciudad no radica en un edificio en particular, los hay a decenas, sino que toda
la población es una auténtica obra coral, un conjunto arquitectónico detenido
en el tiempo, por las calles empedradas el visitante se convertirá en un
incrédulo ante tanta belleza.
El origen de un topónimo
Difícilmente una ciudad encierra tanta información en su
topónimo.
A Villanueva de los Infantes no le falta ni le sobra una
sola letra: es “Villa” desde 1421 por decisión del Maestre de la Orden de
Santiago; es “nueva” porque el primer núcleo de población se estableció en
Jamila, a poca distancia de allí, hasta que sus habitantes se trasladaron
posteriormente por lo insalubre del lugar; por último, es “de los Infantes”
como muestra de su reconocimiento al ya citado don Enrique II a sus hermanos,
los infantes de Aragón don Alonso, don Juan y don Pedro.
Donde Comer en Villanueva de los Infantes:
Restaurante "La Gavilla"Cafetería Pizzería "Antica"
Restaurante "La Fonda de Quevedo"
Taberna-Restaurante "El Parador"
Restaurante "Jaraíz"
Restaurante "La Pámpana"
Pizzería "Milagros"
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