El síndrome de la clase turista fue descubierto hace unos años cuando se dedujo que algunas personas que viajaban en el avión durante mucho tiempo sufrían un aumento del riesgo de trombosis. Inicialmente, el problema estaba relacionado con el pequeño espacio entre los asientos que es, en la mayoría de la clase económica o turista en los aviones, muy pequeño. Pero se demostró más tarde que, además también influye la falta de ejercicio de las piernas por un largo tiempo.
Por lo tanto, este problema aparece debido a los viajes largos. Surge de la poca movilidad combinada con la deshidratación y algunos factores relacionados con la salud individual. Así que los que tienen enfermedades como el cáncer o el síndrome de antifosfolítico (enfermedades que pueden causar trombosis) son los más expuestos a este peligro. Lo mismo sucedería en el caso de las personas mayores con problemas circulatorios o mujeres embarazadas.
Una vez que el vuelo duró más de cuatro horas o un largo viaje por cualquier otro medio de transporte haya terminado, puedes tener algunos síntomas como dolor, hinchazón, hormigueo en las extremidades.... En estos casos es aconsejable consultar a un médico, ya que si se forma un coágulo se deben recetar los medicamentos adecuados.
Para evitar esta condición sólo tenemos que levantarnos del asiento cada hora y caminar por el pasillo, y beber agua de vez en cuando. También es preferible que la ropa que uses no sea demasiado apretada, y sin cinturones o zapatos que sean o estén muy apretados, esto impide el movimiento. También puede ejercitar los músculos de la pantorrilla. A la hora de dormir hazlo en posiciones que no impidan el movimiento de cualquier parte de tu cuerpo.
Siguiendo algunos de estos simples consejos evitaremos problemas importantes.
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