Con una
población de casi 200 mil personas, Ginebra es la segunda ciudad más grande de
Suiza y es reconocida como un lugar de importancia internacional por ser la
sede de organizaciones importantes, como las Naciones Unidas y la Cruz Roja.
La ciudad es
también un destino turístico cada vez más popular entre los turistas que buscan
conocer sus hermosos paisajes y arquitectura exquisita. En esta ocasión te
presentamos cuatro sencillas pero poderosas razones por las que debes visitar
la ciudad de Ginebra.
# 1 El transporte público gratuito y de excelente calidad
Cada turista que
se encuentra en un hotel u hostal en Ginebra tiene derecho a Geneva Transport
Card, que garantiza el acceso gratuito al transporte público en la ciudad y en
los suburbios cercanos, durante toda la duración de su estancia. Sea un hotel o
casa de huéspedes, podrás viajar completamente gratis en un transporte público
gratuito y de primera calidad, que más parece un transporte de lujo; así mismo
asegúrate de llevar tu pasaporte contigo y la tarjeta propia del transporte.
# 2 El queso y el vino
Con una variada
selección de restaurantes, Ginebra es una gran ciudad para los visitantes y hay
un montón de lugares para disfrutar de un fondue de queso tradicional o probar
los deliciosos chocolates suizos artesanales. Los amantes del vino podrán
visitar los famosos viñedos de Lavaux, mientras que los entusiastas del queso
pueden conocer las famosas fábricas de queso de la región de Gruyères.
Auténticas delicias para los sentidos.
# 3 Compras en la Ciudad Vieja
Con sus calles
empedradas y plazas medievales, la Ciudad Vieja es el barrio con más encanto de
Ginebra, así como la zona comercial principal de la ciudad desde tiempos
inmemoriales. Pasear por el laberinto de callejuelas y conocer varias de sus
famosas tiendas, galerías de arte independientes, así como una serie de
restaurantes, bares y cafeterías, te va hacer enamorarte de la ciudad (si es
que aún no lo habías hecho).
# 4 Lago de Ginebra
El Lago de
Ginebra es uno de los mayores lagos de Europa y ofrece una hermosa vista de los
Alpes franceses. Las orillas están llenas de restaurantes, tiendas y parques, y
es el lugar perfecto para relajarse. Para los más aventureros, el Lago de
Ginebra también es el hogar de una serie de actividades acuáticas; aquí se puede
pescar, pasear en kayak, hacer piragüismo y practicar vela.