Milán, una ciudad donde es difícil aburrirse


Siempre más cerca de Europa, siempre en competición con Roma, Milán, la "verdadera" capital italiana, siempre ha sido considerada en Italia como el lugar donde se trabaja, se hacen negocios y se piensa en lo que las mujeres de medio mundo se pondrán la próxima temporada. No se trata sólo de un lugar común: la imagen del milanés, a la carrera, luchando contra el tiempo y con inaplazables plazos que cumplir es un hecho contrastado. Intente circular en hora punta por las calles del centro de la ciudad y comprenderá de qué estamos hablando.

Es un mecanismo consolidado, un estilo de vida que no es propio únicamente de quien ha nacido en Milán, sino que también lo adoptan los ya numerosísimos "forasteros" que, con el deseo y la voluntad de participar en este hervidero, han decidido echar raíces en Milán y gravitar en torno a esta realidad tan tenaz. La población de "no milaneses" contribuye a darle una dimensión cosmopolita, en sintonía con el resto de grandes metrópolis europeas. Así pues ¿se trata de trabajo, trabajo y trabajo? No sólo, afortunadamente. Milán también es el Duomo (la catedral), el Cenáculo de Leonardo Da Vinci, la Scala, el castillo Sforzesco. Monumentos que permanecen como testimonios de diversos periodos de una historia con siglos de antigüedad, etapa obligada de cualquier itinerario turístico.

De turismo por Milán

También está el Milán que, al final de la jornada, tiene un gran deseo de divertirse. En cuestión de vida nocturna el único problema es tener que elegir: entre conciertos de hip-hop autogestionados o veladas ultramodernas con las modelos más llamativas, entre cervecerías o locales de moda, no faltan motivos para acostarse tarde. Aún si no se tiene una meta precisa, basta con darse una vuelta por la zona de Navigli o de Brera para encontrar algo que hacer. No es raro que varios jugadores del Milan, objeto de indiscreciones de los periodistas, se presenten con retraso a los entrenamientos: despertarse temprano resulta difícil cuando hay muchas distracciones…

En cambio, quien prefiera el ir de compras a la vida nocturna, necesita dos cosas: un poco de tiempo y un montón de dinero (sobre todo si está a la caza de artículos con firma).
En definitiva, vale la pena pararse en Milán: con seguridad, no correrá el riesgo de aburrirse.

Galería Victor Manuel de Milán

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