Helsinki, una joya del Báltico

Helsinki, la Hija del Báltico, como se la llama, podría ser la prima de Estocolmo y San Petersburgo. Con un pie en el Este y otro en el Oeste ha ido absorbiendo como una esponja las influencias de sus dos vecinas, aunque siempre manteniendo su espíritu independiente y orgullosa de tener su propia lengua y cultura.
De los suecos guardan el idioma, hoy, en su poco más de medio millón de habitantes la presencia de los suecoparlantes todavía es visible en un 7% de la población y uno de los teatros más importantes de la ciudad es el Svenska Teatern.
De los rusos guardan la iglesia ortodoxa, unos siete mil ortodoxos viven en Helsinki y uno de los edificios más notorios de la ciudad es su Catedral de Uspenski, la más grande de Europa Occidental.

En cualquier época del año Helsinki dejará sorprendidos a sus visitantes.
En verano por su luminosidad, se puede decir que desde San Juan hasta finales de julio el sol apenas se esconde, y el verdor y exuberancia de sus alrededores es único en el mundo entero.
En invierno sorprenderá su oscuridad, tranquilidad y magia única.
Como en una especie de metamorfosis estacional, sus habitantes se transforman a lo largo del año mostrando sus múltiples facetas.
Con el otoño y el invierno, dejan salir su melancolía paseando por las calles y avenidas de elegantes edificios o dándose una vuelta entre las idílicas casas de madera, son días de meterse en los cafés y restaurantes que se reparten por la ciudad.

Llega el verano (la primavera es tan corta que apenas se nota) y la temperatura es ideal, no supera los 30 grados, a cualquier lugar se puede ir en bicicleta y aparecen terrazas en cualquier tramo de calle por donde se asome el sol. Invadida por el mar, su costa está inundada por muchas playas y un archipiélago que cuenta con 315 islas, de las que algunas como Suomenlinna o Pihlajasaari son lugares preferidos para hacer pic-nics y fiestas veraniegas.

Helsinki, en constante crecimiento, es una de las ciudades más modernas y vanguardistas del mundo. Está bien organizada y con avanzada tecnología, es la ciudad de Nokia y de Internet, y en cualquier biblioteca pública se puede navegar gratuitamente. Ahora se prepara para ser la capital cultural europea del nuevo milenio.